El ser humano es blanco, negro, mulato, rojo, azul, hetero, homosexual, mujer, hombre, trans, latino, moro, oriental, europeo, yanqui, pijoprogre, facha, fascista, ultra, indígena, ocupa, simpapeles, universitario, paleto, perroflauta, mormón, anglicano, católico, infiel, ateo, luterano, musulmán, hare krishna, budista, indio, rostro pálido, merengue, culé, canarión… Y no sé qué más. Menos mal. La uniformidad es como comer lentejas a diario. Y no es cuestión.
En medio de esta complejidad social hay quienes esgrimen, sin rubor, una superioridad moral enfermiza para goce de afines y hartazgo del resto. Alimentan la polarización y la descalificación con consignas libertarias (paradoja) y, lo que es peor, se olvidan de otras realidades que también podrían recibir crítica. Por ejemplo, mientras dragos y secuoyas continúan viendo pasar el tiempo y el fenómeno woke se enroca en la cultura de la cancelación, 53 países, según la organización independiente World Population Review, sufren la tiranía de la dictadura en........