A propósito de Viridiana

Luis Buñuel se la coló a Franco. Bueno, a la cuadrilla censora incapaz de leer entre líneas. En 1960 regreso a España del exilio y empezó el rodaje de Viridiana. El Régimen le dio los permisos necesarios cautivado por la historia de una novicia que va a visitar a su atormentado tío viudo. El vanguardista cineasta, empecinadamente crítico con la religión y la burguesía, fue más listo que la autoridad moral, ese mando, muchas veces de mirada gacha y cresta de corral, que regula el comportamiento en relación con el bien y el mal. Se la coló, como la cuelan salva patrias supervivientes de reivindicativos viajes en Peugeot con gasolina de vulgar vanagloria. Otro andar es el caminar lento y realista a través de los pueblos de la Alcarria de Cela. Mejor esta cantimplora castellana en salsa de cereales y olivos que aquella cruzada de la rosa obrera que hoy se atrinchera en un segundo manual........

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