Ciento cuarenta periodistas han caído en la guerra de Gaza, esa que los cursis y los snobs llaman guerra “en” Gaza. Qué más dará. La cifra alarma, aunque chirrían más los miles de israelíes y de palestinos fallecidos en las balaceras cruzadas entre árabes y judíos. Yo he visto a Hamas repartir fajos de dólares a la gente, en las esquinas de la ciudad grande de Gaza, dinero procedente de Irán, que es el auténtico demonio de la zona. Hamas era el dueño y señor del alargado solar que Israel nunca pudo controlar. Bismark decía que el periodista es un hombre que ha errado su propia carrera y el otro día escuché a Cebrián en The Objective, su nueva casa, decir que los periódicos de hoy no tienen dinero para enviar corresponsales a los lugares de conflicto y contratan a periodistas free lances para cubrir sus páginas de Internacional; son hombres y mujeres que se juegan la vida. Decía Rénouvier que la prensa se embravece y cobra mayor fuerza con los obstáculos. Superaremos, por tanto, la fobia al papel y el abrazo a la tecnología, pero ciento cuarenta de los nuestros han caído en Gaza, junto a los doscientos cooperantes, también inocentes, fallecidos mientras otros combatían y ellos repartían el maná. Los datos deprimen a cualquiera, porque la consecuencia de la batalla es un pueblo desplazado y muerto de hambre. Hamas, cuando cometió sus crímenes atroces en el concierto y en el kibutz, sabía que Israel iba a reaccionar violentamente para defenderse. No le importó la vida del pueblo al que dice defender, convirtió hospitales en arsenales y llenó de túneles la franja para esconderse y para pasar al otro lado y matar. Esta guerra, tan cruel como todas las guerras religiosas, tiene un acento añadido, el político, que es todavía peor. Porque es la guerra del pensamiento loco.

140 de los nuestros

140 de los nuestros

Ciento cuarenta periodistas han caído en la guerra de Gaza, esa que los cursis y los snobs llaman guerra “en” Gaza. Qué más dará. La cifra alarma, aunque chirrían más los miles de israelíes y de palestinos fallecidos en las balaceras cruzadas entre árabes y judíos. Yo he visto a Hamas repartir fajos de dólares a la gente, en las esquinas de la ciudad grande de Gaza, dinero procedente de Irán, que es el auténtico demonio de la zona. Hamas........

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