Más de uno se habrá quedado anoche sin comer sardinas, o porque se haya negado a hacer lumbres en la playa, o porque estaban carillas, o porque no le gustan. Los de este último grupo pueden saltarse lo siguiente. Se trata de asar sardinas en casa sin apestar el vecindario. Se evitan esos fuertes olores haciéndolas en papillote, pero no salen igual ni de lejos. Voy a darles un truquillo basado en cómo las hacía el añorado Pedro Berrogui: sacaba los filetes limpios y, para darles el sabor del asado entero en parrilla o espeto, hacía una infusión en aceite de oliva con........