Julio Visconti, el pintor olvidado

15 de septiembre 2024 - 07:00

Un nicho sin lápida es sinónimo de abandono. Un nicho sin lápida es la tristeza elevada al grado de crueldad. Un nicho sin lápida es síntoma de la sociedad decadente en la que vivimos, en la que cualquier valor se olvidó y en el que sólo el yo y el dinero son capaces de mover la voluntad de los humanos.

Julio Visconti, el acuarelista universal, siempre a caballo entre Almería y Granada, con parada en Fiñana, moría hace tres años, ya nonagerario, sin descendencia, y con una familia atenta a todo cuanto dejó en vida. Un patrimonio interesante, con una generosa donación al Ayuntamiento de Guadix y con una huella indeleble entre los aficionados a la acuarela, los amantes de la pintura y la buena gente en general. Solidario, siempre atento y proyectando la mejor de las imágenes de su tierra, descansa ahora en el cementerio de Almería, en la calle 59, en un nicho........

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