No descubro nada si afirmo que los franceses han sido siempre nuestros grandes rivales. Vecinos, amigos, colaboradores, casi familia, pero con las cosas de comer, y en este caso concreto son los tomates, no se juega. Antes de que puedan poner alguna pega a este artículo por pecar de condescendiente con nuestros vecinos del norte afirmo, con rotundidad, que a ellos no les asiste la razón en el caso que nos ocupa.
Dicho esto, si creo que se hace necesario una pensada sobre el modo y la forma en la que hemos ocupado y copado una parte importante del mercado de las hortalizas, atendiendo a nuestra situación de privilegio durante décadas. En la actualidad eso se ha perdido. Aquellos que en su........