SOBRE LA PERSECUCIÓN POLÍTICA, columna de Martín Santiváñez

Famosa es una vieja lámina de propaganda inglesa titulada “Robespierre guillotinando al verdugo después de haber guillotinado a todos los franceses”. “El Incorruptible”, como fue conocido Robespierre, en su implacable despliegue de terror, logró unir a todas las fuerzas de la Convención en su contra, porque su mezcla radical y maniquea (dos cucharaditas de terror disueltas en la leche de la virtud, ha escrito Pedro J. Ramírez) condenaba a Francia al totalitarismo de la sospecha. Para Robespierre, bastaba........

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