HACE unos días se clausuró la 79 asamblea de la ONU este año con un lema muy explícito: “Que las naciones se unan en el logro de la paz y la dignidad humana para las generaciones presentes y futuras”.
Precioso slogan, aunque vacío a la vista de la situación actual, especialmente observando varios focos de tensión internacional: Gaza, Ucrania, Venezuela y, hace unos días, la invasión del Líbano.
En ellos entran en conflicto, en confrontación ética e ideológica, las derechas y las izquierdas, aunque algunos se empeñen en asegurar que esa diferenciación ya resulta arcaica y pasada de moda.
Pero a la hora de enfrentarse al análisis y el debate, a las izquierdas se les exige que previamente se sitúen en las posiciones de sus contrincantes, para evitar así equívocos innecesarios.
En el caso del conflicto provocado por Rusia al invadir un país soberano como Ucrania, debemos asegurar esto añadiendo previamente nuestra condena a ese hecho y a Rusia e incluso a la figura de Putin.
No se admite ambigüedades en ello, pero cuidado con señalar alguna insinuación levemente crítica hacia posiciones presentes o pasadas de Ucrania y sus dirigentes. Ahí te llueven críticas y quedas........