lA próxima semana se celebrará en Davos, Suiza, el encuentro anual del World Economic Forum-Foro Económico Mundial, que reúne a miles de líderes mundiales en los ámbitos público, empresarial, académico, think tanks e innovadores y principales agentes transformadores del crecimiento y desarrollo económico y social. Desde 1954, el Foro posibilita uno de los mayores centros dinámicos de reflexión para la acción, promoviendo todo tipo de alianzas y relaciones entre los principales agentes precursores de los cambios esperables.
Sin duda, ni es el único foro transformador, ni el único lugar de encuentro del intelecto y liderazgo mundial, ni ofrece recetas mágicas, ni todas sus recomendaciones o líneas de actuación provienen de la “montaña sagrada” de la nevada Suiza, ni todos sus interlocutores participan de una única línea de pensamiento o ideología, ni, mucho menos, supone una acción decisoria o lineamiento único que logre el resultado último de generar mayor prosperidad, equidad o inclusividad a lo largo de todos los países participantes. Sí es un intercambio de procesos de generación, debate y esfuerzos colaborativos para abordar desafíos y apuestas de futuro que posibilitan redes expertas, agendas públicas y privadas, herramientas de trabajo y fuentes de ideas, proyectos, iniciativas y oportunidad para quienes, empeñados positivamente en aprender con y de los demás, participan, dando y recibiendo para construir un futuro mejor.
Este año, el reclamo subyacente elegido es la “Reconstrucción de la Confianza-Rebuilding trust”. Convencidos de la principal incidencia de los factores geopolíticos, de la imprescindible búsqueda de nuevos modelos de crecimiento compartido e inclusivo, de la minoración o supresión de la lacra de la desigualdad, desde su experiencia en procesos coopetitivos y alianzas múltiples público-privadas, y observando el clima de incertidumbre, pesimismo y desconfianza que parece rodear a un mundo cambiante (como siempre), a gran velocidad (a veces más para unos que para otros), sumidos en una multitud de objetivos perseguibles por todos y para todos a la vez, y atentos a una percibida renuncia al largo plazo con supuestas apuestas exclusivas por la urgente inmediatez, con escasos proyectos personales y profesionales de futuro, se resalta la importancia de reconstruir la confianza. Así, se incide en empezar por creer en nosotros mismos, en nuestras comunidades y países, en la actitud de trabajar con los demás, de soñar e imaginar un posible y mejor futuro y en la convicción de que las enormes dificultades y conflictos existentes han de ser superados. Esto nos ha de llevar, como paso rector, a reconstruir la confianza en quienes asumen las responsabilidades de........