Horror en estado puro

TODO estado es una estructura de poder. Su derecho interno está hecho para encauzar ese poder, y en regímenes democráticos, el derecho impone una serie de limitaciones a ese poder y garantías para la ciudadanía. Evidentemente ningún sistema es perfecto, pero es el sistema menos imperfecto que la humanidad ha encontrado hasta ahora.

Horror en estado puro

Imagínense ustedes que un acusado es llevado ante un tribunal y éste, pendiente de estudiar a fondo el caso y dictar sentencia, ordena una serie de medidas cautelares. Y que el acusado responde que no piensa hacer caso ni a las actuales medidas cautelares ni a la posible sentencia que dicte el tribunal porque no está de acuerdo con las leyes sobre las que se basa dicho tribunal. Se trataría de una situación absurda, por no decir que ridícula en lo práctico.

Pues ese defecto lo tiene todo el derecho internacional en su conjunto. Los estados son soberanos y en base a esa soberanía, no sólo no están obligados a firmar tratados, sino que incluso pueden firmarlos con reservas, es decir, diciendo que firma todo el tratado menos los artículos 14 a 25 con los que está en desacuerdo.

Cabe preguntarse por qué solamente hemos podido llegar hasta tan bajo nivel de justicia internacional. Simplificando por motivos de espacio, cabe decir que los primeros intentos de justicia universal se producen tras la Segunda Guerra Mundial, con los Juicios de Nuremberg y de Tokio. Si bien fueron positivos porque sentaron las bases de lo hoy llamamos crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, no dejó de ser justicia de vencedores. Con esto no pretendo en forma alguna justificar el nazismo o el militarismo japonés ni decir que en Nuremberg y Tokio no se juzgaran hechos que no ocurrieron. Lo que sí digo es que los aliados también bombardearon indiscriminadamente a civiles no combatientes y no fueron juzgados por ello. Y es desde entonces que el bombardeo indiscriminado de civiles no combatientes se ha cuestionado seriamente. Antes sólo era un acto de guerra más. Tampoco el genocidio entonces era considerado un crimen diferente, sino que........

© Deia