OPINIÓN: ¿Elegir es una opción?

El truco consiste en colocar en la vitrina pública —medios de comunicación, librerías, películas, partidos políticos, etc.— un racimo de opciones que son “diferentes” y esencialmente idénticas, entre las que aparece, casi indistinguible, la que no lo es. La idea es que parezcan “opciones”, para que nos creamos en capacidad de elegir, aunque todas las señales explícitas o inducidas nos conduzcan hacia el mismo lugar. Es lo que llaman libertad de expresión o de pensamiento, que de alguna manera se sustenta en la creencia de que el capitalismo es el último de los sistemas posibles. El fin de la historia de Fukuyama es insostenible racionalmente porque es demasiado explícito; pero sí, el capitalismo es presentado como la plataforma única y última sobre la que deben erigirse las opciones. No es el fin, porque el sistema puede “mejorarse” cada cuatro o cinco años, reciclar viejas fórmulas como si fuesen nuevas, sustituir los rostros, las sonrisas, incluso, hasta el color de la piel o el género de los mandatarios que representan la continuidad.

Mario Vargas Llosa, que no sabe lo que es la política, cree que ayuda a sus correligionarios al revelar lo que estos ocultan. En un artículo escrito en 2006 para elogiar la “democracia” chilena dice:

En el debate entre Michelle Bachelet y........

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