Agramonte, la caída del diamante con alma de beso

Cuando Ignacio Agramonte cayó en combate el 11 de mayo de 1873 en los potreros de Jimaguayú, no solo se apagó la vida del hombre. La primera guerra de independencia de Cuba perdió a uno de sus líderes más relevantes.

Horas antes del funesto acontecimiento, el jefe de las tropas mambisas de Camagüey había recibido informes sobre la proximidad de fuerzas españolas. En un terreno que conocía bastante, organizó el combate. La última arenga realizada a sus hombres ha trascendido en estas palabras: “Nuestra misión se va cumpliendo, vuestra disciplina y vuestra abnegación hacen de todos nosotros el núcleo fundamental de la futura República”.

Con 32 años, el mayor general Agramonte había participado, de acuerdo con los registros históricos, en más de 100 combates. Era un jefe ejemplar y osado. Se separó por un momento del grueso de sus hombres y, sin percatarse, quedó a tiro de una........

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