LA HABANA, Cuba. — En la atmósfera de democracia y de implantación del Estado de Derecho que ha reinado en el mundo durante los últimos tiempos, se había venido observando cierto rechazo a la existencia de gobernantes que se eternizaban en el poder, o que copaban las máximas responsabilidades en sus respectivos países. Ello tenía lugar, incluso, en naciones unipartidistas como China y Vietnam, donde las transformaciones económicas que allí se han escenificado no estuvieron acompañadas de cambios políticos hacia la democracia.

En fechas más recientes, empero, se aprecia un retroceso en ese camino que va dirigido contra el poder omnímodo. En Vietnam, por ejemplo, se había limitado a dos períodos de cinco años la permanencia en los cargos al frente del Partido y el Estado. Todo hasta que llegó Nguyen Phu Trong.

El señor Phu Trong fue elegido secretario general del Partido Comunista de Vietnam en el año 2011, y aún conserva ese cargo al cabo de 11 años, por lo que ya sobrepasó el tiempo que se había previsto para esa responsabilidad. Además, en el 2018 fue elegido como presidente de la República Socialista de Vietnam. De esa manera es el indiscutible hombre fuerte de esa nación indochina al ocupar las jefaturas del Partido y el Estado. Una dualidad que ya ningún político había ostentado en tiempos recientes.

El caso de Rusia, en la persona de Vladimir Putin, es aún más patético. El actual depredador del territorio ucraniano llegó a la presidencia de su nación en el año 2000 y se mantuvo en ese cargo hasta el 2008, cuando mediante una hábil maniobra trató de dar la impresión de que cedía las riendas del poder supremo de ese gigantesco país.

Ese año accedió a la presidencia Dmitri Medvedev, pero el ambicioso Putin se las ingenió para permanecer como primer ministro de la nación, por lo que para muchos seguía siendo el hombre fuerte de Rusia. Y en el 2012, al concluir el mandato de Medvedev, Putin ascendió nuevamente, y hasta el día de hoy, a la presidencia de la nación euroasiática. Al parecer, no tiene intenciones de dejar el poder.

En China , al igual que en Vietnam, se había limitado la permanencia en los altos cargos del Partido y el Estado a dos períodos de cinco años. Así sucedió hasta el liderazgo de Hu Jintao. Por cierto, sacado misteriosamente del local donde se celebraba el actual congreso del partido gobernante chino. Mas, todo cambiaría con el ascenso de Xi Jinping a dichas responsabilidades.

El señor Xi obtuvo la jefatura del Partido Comunista de China en el año 2012, y un año después fue elegido presidente de la República Popular China. En 2017 fue reelegido al frente del Partido para un segundo mandato. Y no conforme con ello, acaba de lograr en estos días un tercer período al frente del Partido. Es decir, adiós a las promesas de limitar los poderes omnímodos en el gigante asiático.

Es de destacar que tanto Phu Trong como Xi Jinping ostentan además las presidencias de las Comisiones Militares de sus respectivos Partidos Comunistas. Algo parecido sucede con Putin, que oficia como jefe militar supremo de Rusia.

Se trata de países, en especial China y Rusia, enfrascados en una especie de guerra fría contra Occidente en pos de obtener una supremacía mundial. En ambos casos se percibe la sensación de que un poder fuerte, basado en el liderazgo de una sola persona, sería la vía más eficaz para tal empeño.

Por supuesto que no podían faltar las más calurosas felicitaciones a Xi Jinping de parte de Nicolás Maduro, Kim Jon Un y Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Aunque, en verdad, esos tres personajes no tienen que despojarse de ninguna máscara para que afloren sus ínfulas dictatoriales.

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Los dictadores se quitan las caretas

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25.10.2022

LA HABANA, Cuba. — En la atmósfera de democracia y de implantación del Estado de Derecho que ha reinado en el mundo durante los últimos tiempos, se había venido observando cierto rechazo a la existencia de gobernantes que se eternizaban en el poder, o que copaban las máximas responsabilidades en sus respectivos países. Ello tenía lugar, incluso, en naciones unipartidistas como China y Vietnam, donde las transformaciones económicas que allí se han escenificado no estuvieron acompañadas de cambios políticos hacia la democracia.

En fechas más recientes, empero, se aprecia un retroceso en ese camino que va dirigido contra el poder omnímodo. En Vietnam, por ejemplo, se había limitado a dos períodos de cinco años la permanencia en los cargos al frente del Partido y el Estado. Todo hasta que llegó Nguyen Phu Trong.

El señor Phu Trong fue elegido secretario general del Partido Comunista de Vietnam en el año 2011, y aún conserva ese cargo al cabo de 11 años, por lo que ya sobrepasó el........

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