El Gobierno cubano debería usar su derecho a la eutanasia

LA HABANA, Cuba. – La vida está llena de naturalidades, espontaneidades que distinguen a los seres vivos. La vida es ese movimiento que distingue a los seres vivos que viven la vida. La vida es ese movimiento de seres que se mueven y crecen en cualquier entorno y en su andar por la vida. La vida es, o debería ser, un movimiento, un crecimiento, que es también una forma del movimiento.

La vida es crecimiento y es también reproducción. La vida comienza con ese movimiento que es el primer vagido, es el primer sollozo, la antesala del llanto, y luego viene definitivo el llanto, el pataleteo que acompaña a la perreta.

El llanto es uno de los primeros signos de la vida, el llanto podría ser, y lo es casi siempre, el último de los signos de la vida. El llanto y la vida van siempre juntos. La vida está llena de insatisfacciones, y el llanto es una manifestación, una de las pruebas, de la existencia de del hombre y sus disgustos.

El llanto es una de los primeros signos de la inconformidad con la vida, y hasta podría ser el último de entre todos los signos de esa vida… y luego el silencio, luego la muerte. La vida estuvo siempre llena de llantos y angustias, de dolores, y tantos fueron los dolores que a Dios no le quedó otro remedio que decidir también una muerte que sofocara los innumerables dolores. Así se convirtió la vida en ese largo camino hacia la muerte, en el dolor del desahuciado.

Y el hombre creó la eutanasia, es decir, la muerte, la muerte que sofoca los pesares de la vida… El hombre soñó la muerte e hizo la guerra. El hombre también hizo la muerte para sofocar las molestias que le resultaban más ofensivas a la vida, y a eso le dio el nombre de eutanasia, y esa eutanasia vino a sofocar las peores molestias, los impedimentos que obstaculizan la moción vital.

Se hizo la muerte natural y se hizo la muerte provocada para apaciguar los dolores de una vida llena de llantos, llena de........

© Cubanet