LA HABANA, Cuba. – La televisión cubana se empeña en renovarse, al menos eso enuncia y también anuncia, pero casi nunca lo consigue. Pretende refrescarse, rejuvenecerse, y hasta entregar un “producto ameno” aunque sea en apariencias. Intenta reverdecer y renovarse, pero a pesar de tanto empeño no lo consigue. La televisión cubana se empeña en modernizarse, sobre todo en esos programas que tocan lo “político” según su conveniencia.

Hay programas televisivos que intentan renovarse, pero solo consiguen mostrar algunas discrepancias con los muy viejos y habituales presupuestos estéticos de la televisión nacional, la del Estado, la única posible. Entre esos programas que buscan sin cansancio la novedad, pero no la verdad, están “La pupila asombrada”, que pretendió llamarse en sus inicios “La pupila insomne”, por el verso de Martínez Villena, aunque no lo consiguió porque en el Camagüey ya existía un blog con ese nombre.

Y otro programa de televisión con intereses muy parecidos a “La pupila asombrada” es “Con Filo”, más breve y quizá por ello más movidito que el primero…, pero, como el otro, exhibe presupuestos idénticos, el resarcimiento de los daños que provocan en el poder algunas verdades incontrastables, y que el inepto gobierno no consigue rebatir con hechos, y menos los hacedores de la noticia. Y es por eso que “Con Filo” y “La pupila asombrada” salen al ruedo de las redes, y al ruedo de la televisión para quienes no tienen redes ni teléfono celular.

Y a veces dan risa, provocan cosas hilarantes, descacharrantes, y algunas carcajadas socarronas, trompetillas, mofas que suponemos merecidas. Ahora mismo estoy mirando un meme que me hizo desternillarme de la risa. En ese meme aparece uno de esos adláteres del Gobierno que pretende zarandearnos dos veces por semana con ese programa que conduce y que se llama “Con Filo”.

Él es uno de esos seres repugnantes que tiene la apariencia del niño bitongo, del muchacho que recibiera cada día el escarnio de sus compañeritos de aula, y que ahora se las cobra todas desde la visibilidad que le da la televisión nacional y comunista.

Él se llama Michel Torres Corona, y quizá fueran esas torres y coronas las que lo hicieran engreírse tanto. No dudo que algunos de sus cercanos creyera que Michel se interesaría en los obreros y en la justicia, que para eso estudió Derecho; pero se jorobó, se convirtió en izquierdo, en un izquierdo extremadamente izquierdoso, tanto que ni siquiera tuvo que pagar la carrera haciendo su “servicio social”. Michel se metió en Cubadebate y allí comenzó la “blasfemadera” y su blablablá.

Luego sobrevino su “decadente ascenso” hasta llegar a “Con Filo”, ese programa televisivo al que me gusta llamar “Con filo mellado”. Michel, el que estudió derecho, para ser izquierdo luego, hizo una carrera de enormes ascensos sin que supiéramos por qué. Él estudió Derecho, aunque no sé si derecho, para luego no ejercer la profesión para la que lo preparó el Estado. Y de la noche a la mañana emergió desde el silencio, el barbudillo, para alcanzar una visibilidad grande.

Y con la anuencia de un poder que, según parece, le sugiriera dedicar una mirada pérfida a una oposición a la que “Con Filo” observa con los ojos de Zaratustra, queriendo ver al mundo en un espacio que solo existe entre lo divino y lo anti-divino, en un mundo donde se concluye una revolución divina en la que sus divinos jefes guían al divino pueblo que enfrenta al mal que somos nosotros, los otros, los demás, el resto, poniendo al poder cerquita del “monoteísmo”, del castrismo.

Y para eso está Michel dos veces por semana en la pantalla del televisor, y en las redes, sin que se percate el poder de que lo miramos como a quien los zapaticos le aprietan y las medias le dan calor. Y peor es ahora, cuando fue “víctima” de un meme en el que aparece con tacones y con las nalgas expuestas, con lo que el machismo y la homofobia intentan ridiculizarlo.

Michel recibió la burla de los internautas y el “poder macho” no salió a ampararlo; y quién se atrevería a dudar que ese “macho poder”, el homofóbico, entrara también en la pachanga o propiciara la pachanga; no sería la primera vez que el poder abandona a sus fieles cuando dejan de ser útiles. ¿Y lo merece? ¿Merece ser acusado de sucumbir al pecado nefando?

¿Lo merece? ¿Merece esa pose lánguida? Michel ya no será el mismo, y el pueblo cubano, tan acostumbrado a las especulaciones no tendrá necesidad de pruebas. Cuba sigue siendo homofóbica, incluso después de ciertos “Códigos de las Familias”. Cuba, la de las UMAP, no perdona, y sigue atacando con el “pecado nefando” en el centro, como estrategia.

Michel debe estar sufriendo gracias a ese meme salido de la machanguería nacional, y quién se atrevería a poner en duda que también de la castrista y la castrense. Ahora ese Michel anda expuesto en las redes, y todo gracias a la machanguería nacional. Ahora es Michel el burlado.

Michel anda expuesto, a expensas del juicio de otros, bajo las miradas que concluyen en un sinfín de valoraciones, bajo juicios tan parecidos a los que él mismo propone dos veces por semana, creyendo que es agudo y perspicaz.

Todo esto prueba que seguimos siendo machistas y homofóbicos. ¿Qué importa que sea homo, que heterosexual sea, incluso “ambidiestro”? Y ojalá que la retórica de un lado y otro no se vuelva del todo socarrona, y mordaz. Y que recuerde Michel que la autoridad podría desecharlo, por ser objeto de burlas, porque perdió el predicamento que creyó que antes tuvo. El poder es implacable, Michel, y tú no harás la diferencia.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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QOSHE - De cuando el filo se mella  - Jorge Ángel Pérez
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De cuando el filo se mella 

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15.12.2022

LA HABANA, Cuba. – La televisión cubana se empeña en renovarse, al menos eso enuncia y también anuncia, pero casi nunca lo consigue. Pretende refrescarse, rejuvenecerse, y hasta entregar un “producto ameno” aunque sea en apariencias. Intenta reverdecer y renovarse, pero a pesar de tanto empeño no lo consigue. La televisión cubana se empeña en modernizarse, sobre todo en esos programas que tocan lo “político” según su conveniencia.

Hay programas televisivos que intentan renovarse, pero solo consiguen mostrar algunas discrepancias con los muy viejos y habituales presupuestos estéticos de la televisión nacional, la del Estado, la única posible. Entre esos programas que buscan sin cansancio la novedad, pero no la verdad, están “La pupila asombrada”, que pretendió llamarse en sus inicios “La pupila insomne”, por el verso de Martínez Villena, aunque no lo consiguió porque en el Camagüey ya existía un blog con ese nombre.

Y otro programa de televisión con intereses muy parecidos a “La pupila asombrada” es “Con Filo”, más breve y quizá por ello más movidito que el primero…, pero, como el otro, exhibe presupuestos idénticos, el resarcimiento de los daños que provocan en el poder algunas verdades incontrastables, y que el inepto gobierno no consigue rebatir con hechos, y menos los hacedores de la noticia. Y es por eso que “Con Filo” y “La pupila asombrada” salen al ruedo de las redes, y al ruedo de la televisión para quienes no tienen redes ni teléfono celular.

Y a veces dan risa, provocan........

© Cubanet


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