LA HABANA, Cuba. – Muchas veces me he preguntado, y más en los últimos días, por el paradero de Lis Cuesta, a quien no había visto desde hace algunas semanas, quizá meses, en la pantalla de mi televisor. Confieso, y sin la más mínima vergüenza, que le eché de menos, que la extrañé en las redes y también en los periódicos, incluso en esa televisión que la privilegia con demasiada frecuencia.
Lis no se ha dejado ver desde hace un tiempo mientras sube a las escalerillas de ese avión que la lleva, a ella y a su marido, a lejanos sitios en los que Miguel Díaz-Canel hace muchas reverencias y algunos negocios.
No sé si estuvo en el........