Veinte horas de apagón, y aquí no ha pasado nada

LA HABANA, Cuba.- La descarga, por fin, de un barco de combustible que llevaba días atracado en puerto cubano a la espera de pago, ha reavivado vagamente la esperanza de esa parte de la población que cree que los durísimos apagones de hasta 20 horas diarias se deben al déficit de carburantes. Es comprensible que piensen así, porque reconocer que el verdadero problema radica en que las termoeléctricas no sirven, ni servirán, es admitir que de un momento a otro Cuba entera será tragada por la oscuridad, quién sabe por cuánto tiempo.

La semana pasada circuló en redes la terrible noticia de que el hospital municipal de Vertientes, provincia de Camagüey, se quedó sin fluido eléctrico teniendo averiada, además, la planta generadora para casos de emergencia. El corte comprometió la vida de pacientes en la sala de terapia y, aunque no se sabe cuánto tiempo duró la contingencia en el centro de salud, sí trascendió que el apagón duró quince horas consecutivas en ese municipio.

Los reportes diarios acerca del déficit de generación no son como para hacerse ilusiones, mucho menos cuando se habla del “sacrificio financiero” supuestamente realizado por el régimen de Díaz-Canel para pagar el combustible que debería ofrecer algún alivio a la situación. El discurso varía dentro de sus márgenes, cada vez más estrechos, para fantasear. Si antes se hablaba de soluciones para mover la confianza y la paciencia del pueblo, hablar de sacrificios implica que hay que estar agradecidos en........

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