Se vende una isla con todo adentro

LA HABANA, Cuba.- Que las casualidades no existen es una opinión bastante popular. Tal vez por eso nadie ha digerido la historia oficial de que una flotilla militar rusa, con submarino nuclear incluido, llegó al puerto de La Habana el 12 de junio solo para una visita de rutina. La información se hizo aún menos creíble al saberse que un día después el submarino nuclear estadounidense de ataque rápido HSS Helena, apareció en aguas de la bahía de Guantánamo y, apenas 24 horas más tarde, también arribó a La Habana el buque patrullero HMCS Margaret de la Armada de Canadá.

El convite bélico fue justificado con históricas relaciones de amistad, conmemoraciones diplomáticas y recorridos programados; pero de seguro tuvo más que ver con la reacción de Vladimir Putin al pacto del G7 que por esa fecha se hizo público, autorizando un préstamo multimillonario a Ucrania financiado con los activos rusos que permanecen congelados principalmente en la Unión Europea.

A Putin, obviamente, no le sentó bien la noticia y aseguró que las consecuencias serían “extremadamente dolorosas”. Así las cosas, Cuba fue la plaza elegida para desplegar acciones de Guerra Fría, atrapada entre su inmensa deuda con Rusia y su cercanía a los Estados........

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