Es hora de limpiar la casa |
LA HABANA, Cuba.- Desde hace décadas, el cubano no es partidario de botar cosas porque todo puede llegar a ser útil en un momento dado, y si no le sirve a él, bien pudiera servirle al vecino. Entonces el cubano guarda y aguarda, haciendo cada cierto tiempo una requisa para mantener el trastero a raya. La mayoría de las veces, al terminar la revisión, se convence de que lo acumulado tiene todos los motivos para estar allí, y allí seguirá hasta que la necesidad lo convoque. Otras veces, las menos, se deja llevar por un arrebato y lo tira todo, y se sorprende al comprobar que la luz del sol penetra como una tormenta por esa ventana que hacía mucho no se abría, que aquel cuartico lleno de tarecos hasta hace nada es más espacioso de lo que recordaba, y que un simple baldeo con agua a una habitación descuidada tiene el mismo efecto que un buen baño sobre un minero.
Diciembre trae consigo la locura de la renovación, incluso si se trata de una renovación cautelosa y sin consecuencias para la supervivencia del trastero, como la que acaba de producirse en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Se fue el funcionario cuyo desagradable rostro afeó por décadas a la Central de Trabajadores de Cuba, quizás la más antiproletaria de........