El hambre en Cuba no se resuelve ni con remesas

LA HABANA, Cuba.- Cuando se habla de las privaciones que abundan en Cuba, por lo general se traza una línea de salvación para quienes reciben remesas. Se ha asumido que tener un familiar en el extranjero es garantía de poder vivir un poco mejor, lo cual en realidad se traduce en alimentarse de manera aceptable, pues desde hace muchos años el horizonte de expectativas de la mayoría de los cubanos muere en una mesa más o menos bien servida.

Quienes tienen que guapear un desayuno de regular a malo y una comida al día con el salario estatal más el importe de algún otro trabajo extra, dan por sentado que el problema de la alimentación se resuelve teniendo divisas. Pero, ¿cuán cierta es dicha creencia?

CubaNet conversó con varios cubanos que reciben remesas, las cuales invierten según la necesidad y capacidad de gestión de cada quien, pues no es lo mismo una mujer activa de cincuenta años, con energías para zapatear La Habana, que una jubilada de ochenta o una persona que sufre discapacidad física de manera temporal o permanente.

Mariela Urquiza, de 65 años, es jubilada y trabaja particular, limpiando casas. Gana quinientos pesos en cada vivienda que atiende y vive con su hijo, ingeniero de profesión que, además, renta su apartamento en Centro Habana.

“Desde que el turismo se desplomó estamos muy mal. Antes, cuando venían los estudiantes de Medicina, teníamos un ingreso........

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