LAS TUNAS, Cuba. — En un discurso conmovedor, como quizás nunca antes había sido pronunciado en la nación estadounidense, a las 19:00 horas (7:00 PM) del 22 de octubre de 1962, el presidente John F. Kennedy informó de la instalación en Cuba de misiles balísticos soviéticos con capacidad nuclear; comenzaba así, de forma pública, la Crisis de los misiles.

El mundo estuvo al borde de una guerra termonuclear mundial en la que “en el fuego de la guerra se quemaría Cuba”, según dijo Nikita Jrushchov a Fidel Castro cuando éste propuso al gobernante soviético que fueran ellos los “primeros en asestar el golpe nuclear contra el territorio enemigo”, Estados Unidos.

Contrariamente a la postura de Fidel Castro, en aquel discurso que ahora cumple 60 años, Kennedy dijo a la nación estadounidense y al mundo: “No vamos a arriesgarnos prematura o innecesariamente a solventar los costos de una guerra nuclear mundial en la que incluso los frutos de la victoria serían como cenizas en nuestras bocas. Pero tampoco vamos a retroceder ante ese riesgo en cualquier momento que debamos enfrentarlo”.

En aquella ocasión se dijo que los misiles habían sido detectados mediante fotografías tomadas por un avión U-2, pero, en realidad, las imágenes aéreas fueron obtenidas en lo que en la jerga del trabajo secreto se llama combinación operativa. Se trató de una modelación que en este caso sirvió con un doble propósito: verificar la señal obtenida de forma secreta y, a la vez, a través de las propias fotografías, hacer la información pública, tratando de mantener secreta la clandestinidad del agente (el coronel de la inteligencia soviética Oleg Penkovsky), quien había proporcionado a los estadounidenses los datos precisos de los emplazamientos de los misiles que luego el U-2 fotografiaría. Así y todo esa combinación de enmascaramiento, el coronel Penkovsky fue descubierto, detenido, torturado y asesinado.

En su discurso del 22 de octubre, Kennedy informó de una “estricta cuarentena” a todos los barcos soviéticos que se dirigieran a Cuba con armamento ofensivo, por lo que el archipiélago cubano fue sometido a un bloqueo naval y aéreo como nunca antes en su historia. Las fuerzas navales estuvieron formadas por 85 000 hombres y 183 buques, incluidos tres submarinos y ocho portaaviones; mientras que la fuerza aérea estuvo compuesta por 2 142 aviones, incluidos los de los portaaviones, una fuerza que estaba compuesta por 75 bombarderos pesados y medianos, 145 aviones de exploración, 165 de patrullas antisubmarinas, 600 de transporte, 790 cazabombarderos y 367 cazas interceptores.

De llegar a invadir el territorio cubano, la fuerza aérea estadounidense tenía planificado sólo para el primer día de batalla 1 190 incursiones, para las que habían alistado 579 aviones de combate.

Así y todo, con suministros para 15 días de contienda, Kennedy optó por la fuerza del bloqueo como medida disuasoria y también por la negociación, realizada por canales diplomáticos con Nikita Jrushchov, con el que, como se sabe, logró un acuerdo pacífico que libró a la humanidad de una guerra mundial nuclear, acuerdo al que, concerniente a Cuba y su influencia comunista en la región, el presidente estadounidense no llegó con Fidel Castro, pese intentarlo empleando negociadores confidenciales.

Quizás, según historiadores estadounidenses, uno de los secretos más guardados sobre la Crisis de los misiles fue la negociación llevada a cabo entre Kennedy y Fidel Castro a través de diplomáticos brasileños mucho tiempo antes de que se desatara la crisis que pusiera al mundo en peligro de destrucción.

Es conocido que el 22 de abril de 1962, el embajador de Brasil en Cuba, Luis Bastian Pinto, se reunió con Fidel Castro para sugerirle que se distanciara de Moscú, ofreciéndole su ayuda y la de su gobierno para servir como intermediario en el conflicto cubano-estadounidense, afirmándole que Brasil era la única vía con real comunicación entre Cuba y Estados Unidos.

El secretario de Estado Dean Rusk había asegurado al ministro de Relaciones Exteriores brasileño, San Tiago Danta, que, desde el punto de vista de Estados Unidos, sólo dos cosas no eran negociables con Cuba: sus vínculos directos con Moscú y los actos subversivos cubanos en otros países del continente. Fidel Castro fue evasivo y se comprometió con el diplomático brasileño, diciéndole que pronto se encontraría con él con propuestas concretas, cosa que nunca hizo.

Kennedy llegó a utilizar al presidente argelino Ben Bella, de visita en Washington el 15 de octubre de 1962, como emisario con Fidel Castro para que dijera a éste, cuando viajara a La Habana al día siguiente, que Estados Unidos no tenía inconvenientes para que en Cuba hubiera un régimen comunista nacional, siempre y cuando no fuera un instrumento del poder militar soviético en la región. Pero cuando una semana antes de desencadenarse la Crisis de los misiles el presidente argelino transmitió el mensaje de Kennedy a Fidel Castro, ya Cuba y los cubanos estaban atados a Moscú, como todavía lo están hoy.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono 525545038831, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.

QOSHE - Kennedy, Fidel Castro y las negociaciones secretas durante la Crisis de los Misiles - Alberto Méndez Castelló
menu_open
Columnists . News Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Kennedy, Fidel Castro y las negociaciones secretas durante la Crisis de los Misiles

4 6 0
23.10.2022

LAS TUNAS, Cuba. — En un discurso conmovedor, como quizás nunca antes había sido pronunciado en la nación estadounidense, a las 19:00 horas (7:00 PM) del 22 de octubre de 1962, el presidente John F. Kennedy informó de la instalación en Cuba de misiles balísticos soviéticos con capacidad nuclear; comenzaba así, de forma pública, la Crisis de los misiles.

El mundo estuvo al borde de una guerra termonuclear mundial en la que “en el fuego de la guerra se quemaría Cuba”, según dijo Nikita Jrushchov a Fidel Castro cuando éste propuso al gobernante soviético que fueran ellos los “primeros en asestar el golpe nuclear contra el territorio enemigo”, Estados Unidos.

Contrariamente a la postura de Fidel Castro, en aquel discurso que ahora cumple 60 años, Kennedy dijo a la nación estadounidense y al mundo: “No vamos a arriesgarnos prematura o innecesariamente a solventar los costos de una guerra nuclear mundial en la que incluso los frutos de la victoria serían como cenizas en nuestras bocas. Pero tampoco vamos a retroceder ante ese riesgo en cualquier momento que debamos enfrentarlo”.

En aquella ocasión se dijo que los misiles habían sido detectados mediante fotografías tomadas por un avión U-2, pero, en realidad, las imágenes aéreas fueron obtenidas en lo que en la jerga del trabajo secreto se llama combinación operativa. Se trató de una........

© Cubanet


Get it on Google Play