PUERTO PADRE, Cuba.- En su tierra natal y luego de una gira internacional, Joan Manuel Serrat se ha despedido “por voluntad propia” de su público. Y cual epílogo de la despedida, este martes el cantautor fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2024. El jurado eligió a Serrat por unanimidad, ponderando que, su trayectoria artística, “trasciende la música y se hace referente cívico, sumando a las letras de sus canciones la fuerza del himno colectivo con voluntad universal”.

¡Ah…! Qué falta tan abismal tenemos en las artes en Cuba de esas virtudes que enalteció el jurado en la obra de Joan Manuel Serrat. Sí, bondades que “aúna el arte de la poesía y la música al servicio de la tolerancia, los valores compartidos, la riqueza de la diversidad de lenguas y culturas, así como un necesario afán de libertad.”

Salvo rarísimas excepciones, muy raras sí, los artistas y los intelectuales cubanos o son aplaudidores del régimen totalitario castrocomunista o son “apolíticos”; “lo mío es el arte”, dicen.

Y ahora que Serrat se ha ido de los escenarios, luego de haber difundido por todo el mundo ese “necesario afán de libertad”, incluso en Cuba, cuando equivocadamente creyó que los castristas eran libertadores, sin percatarse que por totalitarios eran peores dictadores que Franco, quiero traer al periodismo, valga decir a la política, lo que en literatura escribí hace la friolera de más de veinte años.

Esas palabras las puse en la voz de Enrique D´ Arcos, protagonista de la novela Bucaneros, que los censores de la policía política tildaron como “la novela de la Causa Uno” y, que digo yo, pretende ser una novela de todas las causas y cauces y no de un mero expediente criminal. Aquella escena de un monólogo interior, donde las aves marinas también fueron partícipes de “la diversidad de lenguas” de Joan Manuel Serrat dice:

“¡Al Carajo! Ser uno mismo y con dignidad, no implica que necesariamente todo tenga que ser bueno y puro, meditó Enrique D´ Arcos, y escuchó su voz mezclada con el ulular del viento entre el cordaje cuando dijo: Dogmas, nada más. Identidad y dignidad, con eso basta. Y fue hasta la cocina por un vaso de ron, y con el vaso en la mano subió al puente, donde junto a los instrumentos de navegación tenía instalada la reproductora… Harto ya de estar harto, ya me cansé de preguntarle al mundo por qué y por qué, la rosa de los vientos me ha de ayudar y desde ahora vais a verme vagabundear, entre el cielo y el mar, vagabundear… El yate estaba anclado a barlovento de un cayuelo donde se posaban cientos de garzas blancas y decenas de ibis picos de espátula, y, cuando la voz del catalán inundó la bahía, las aves levantaron vuelo, pero como si quisieran escuchar la canción, se mantuvieron revoloteando sobre el barco. Como un cometa de caña y de papel me iré tras una nube pa´ serle fiel, a los montes, los ríos, el sol y el mar, a ellos que me enseñaron el verbo amar, soy palomo torcaz… Taciturno, todavía con el vaso de ron en la mano, Enrique fue a sentarse en la popa. Miró las aves volando sobre él y sonrío, pensando que, cuánto hubiera gustado a Joan Manuel ver su único y singular concierto, que tenía como escenario el mar y el monte, perdida la vista del verde manglar en el azul del cielo, y su público, las garzas blancas y los ibis rosados, revoloteando sobre el yate, atados por la magia de la canción en sus palcos de aire… Dejadme en paz, no me siento extranjero en ningún lugar, donde haya lumbre y vino tengo mi hogar… Serrat siempre reanimaba a Enrique D’ Arcos, y por esa razón, donde quiera que iba llevaba sus canciones, que le daban bríos, como cualquiera de los objetos que ejercían fuerza misteriosa sobre él.”

Perseguido político, sin volver a su país por razones obvias, hace más de cinco años que mi hijo más pequeño salió de Cuba. En la mochila llevaba las canciones de Serrat. Sí. Para la libertad y por la libertad, que tengamos esos bríos leves como el papel y fuertes como el acero, los bríos de los poemas y las canciones. Hasta luego, Joan Manuel.

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QOSHE - Hasta luego, Joan Manuel - Alberto Méndez Castelló
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Hasta luego, Joan Manuel

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26.04.2024

PUERTO PADRE, Cuba.- En su tierra natal y luego de una gira internacional, Joan Manuel Serrat se ha despedido “por voluntad propia” de su público. Y cual epílogo de la despedida, este martes el cantautor fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2024. El jurado eligió a Serrat por unanimidad, ponderando que, su trayectoria artística, “trasciende la música y se hace referente cívico, sumando a las letras de sus canciones la fuerza del himno colectivo con voluntad universal”.

¡Ah…! Qué falta tan abismal tenemos en las artes en Cuba de esas virtudes que enalteció el jurado en la obra de Joan Manuel Serrat. Sí, bondades que “aúna el arte de la poesía y la música al servicio de la tolerancia, los valores compartidos, la riqueza de la diversidad de lenguas y culturas, así como un necesario afán de libertad.”

Salvo rarísimas excepciones, muy raras sí, los artistas y los intelectuales cubanos o son aplaudidores del régimen totalitario castrocomunista o son “apolíticos”; “lo mío es el arte”,........

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