LAS TUNAS, Cuba. — Cuando recién concluyó la plenaria nacional de ganadería bovina —que sesionó durante varios días la semana pasada—, en la jornada final participó el gobernante Miguel Díaz-Canel, quien dijo que los funcionarios y directivos estatales tenían que ir para el campo, a hablar con los productores, que son los principales actores en la ganadería, porque sin ellos, no hay carne ni leche.
En ese evento que acogió la participación de jefes gubernamentales y vaqueros de todo el país, entre ellos los ministros de la Agricultura y la Industria Alimenticia, salió a relucir que el Estado sólo posee el 10,8% del rebaño nacional, pues el 80% de la masa bovina, que actualmente está compuesta por 3 645 000 cabezas, es, según reportó el periódico Granma el pasado lunes, “propiedad” de 142 733 productores individuales, dispersos por todo el archipiélago cubano.
Cuando el periódico del Partido Comunista de Cuba (PCC) publicó esas cifras, en atención a que mi padre fue un experimentado criador de ganado desde los años 40 del pasado siglo y a que yo mismo poseí reses y caballos, este martes fui convocado por el periodista Tomás Cardoso, conductor del programa Cuba al día, de Radio Martí, quien me preguntó: “Alberto, ¿usted cree que realmente en Cuba el 80% del ganado vacuno es de propiedad particular, que el Estado nada más posee ese porciento (10.8) que cita Granma?”
Puesto que la radio suele ser un medio volátil, y por la importancia que tiene la ganadería en cualquier nación y todavía más en Cuba, un país otrora productor de carne y leche, donde hace más de 60 años dichos productos se encuentran racionados y deben ser importados por la incapacidad de producirlos en territorio nacional, quiero traer a los lectores de CubaNet lo dicho en Radio Martí: “Es un sofisma, sí, un falso razonamiento, ese que dice y afirma que en Cuba el 80% del ganado vacuno es de propiedad particular. La falsedad radica en que ningún “propietario” de ganado, ya sea de leche o de carne, puede disponer libremente de la producción de su rebaño, pues en Cuba, y como mismo sucede con el café, el tabaco y otros productos, es el Estado totalitario castrocomunista el exclusivo y único comprador monopolista”.
El ganadero no puede vender la leche de sus vacas ni sus animales de ceba sino a las empresas estatales, llamadas el “lácteo” o el “cárnico”, y de no hacerlo así, puede ser llevado a una “venta forzosa” de sus animales. Esta medida administrativa es única en caso de ser propietario de la tierra. Si fuera usufructuario de tierras de propiedad estatal, además de la venta forzosa del ganado le rescindirían la tenencia de la finca, por lo que esa persona y su familia serían desalojados de terrenos que durante años habían permanecido ociosos y cubiertos de malezas invasoras, hasta que fueron nuevamente acondicionados para la producción al costo de miles de pesos, incluso de dólares proporcionados por familiares residentes en el extranjero. Pudiera darse el caso de que, en adición a las medidas administrativas, se imputen delitos tipificados como actividades económicas ilícitas, o sacrificio ilegal de ganado mayor y venta de su carne, por sólo citar dos ejemplos.
Se estima que en el año 1958 Cuba, con una población de alrededor de seis millones de habitantes, tenía un rebaño de seis millones de cabezas de ganado vacuno. Hoy, con más de once millones de cubanos, el rebaño nacional es apenas la mitad de lo que fue hace sesenta y cuatro años: 3 645 000 cabezas, según fuentes oficiales. Probablemente sea menos.
Al no poder disponer de sus animales como mejor le convenga, un tenedor de ganado en Cuba es un mero siervo, aunque se crea dueño. Llamarlo “propietario” es un eufemismo, sí, un modo suave para no llamar vasallo a un simple pastor que suministra materias primas a la “empresa estatal socialista”, entiéndase al monopolio del Estado, que es el verdadero dueño y señor en un país comunista. Por tal razón, el gobernante Miguel Díaz-Canel ordenó que los funcionarios y directivos estatales fueran al campo para hablar con los productores, entiéndase en función de caporales.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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En Cuba, ¿quién es el rey del ganado?
LAS TUNAS, Cuba. — Cuando recién concluyó la plenaria nacional de ganadería bovina —que sesionó durante varios días la semana pasada—, en la jornada final participó el gobernante Miguel Díaz-Canel, quien dijo que los funcionarios y directivos estatales tenían que ir para el campo, a hablar con los productores, que son los principales actores en la ganadería, porque sin ellos, no hay carne ni leche.
En ese evento que acogió la participación de jefes gubernamentales y vaqueros de todo el país, entre ellos los ministros de la Agricultura y la Industria Alimenticia, salió a relucir que el Estado sólo posee el 10,8% del rebaño nacional, pues el 80% de la masa bovina, que actualmente está compuesta por 3 645 000 cabezas, es, según reportó el periódico Granma el pasado lunes, “propiedad” de 142 733 productores individuales, dispersos por todo el archipiélago cubano.
Cuando el periódico del Partido Comunista de Cuba (PCC) publicó esas cifras, en atención a que mi padre fue un experimentado criador de ganado desde los años 40 del pasado siglo y a que yo mismo poseí reses y caballos, este martes fui convocado por el periodista Tomás........
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