La hora preferida

La hora preferida no es esa del amanecer, cuando aún afuera está oscuro, los niños duermen, y el café que mi esposo cuela en la cocina inunda la casa de una tibia sensación de comienzo.

No es tampoco la de dejarlos en el círculo, después de los muchos besos y abrazos; cuando les digo: "diviértanse y sean buenos, nos vemos en la tarde".

La hora preferida no es la de llegar al trabajo, conversar un poco con los buenos amigos, organizar la agenda, y escribir, con música en los audífonos. Escribir como si de........

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