¿Cultivo o consumo musical en Cuba: audiencias libres o colonizadas?

“Consumir o cultivarnos, he ahí la cuestión”. Completar nuestro espíritu y expresar a través de la música nuestra naturaleza humana, o recepcionar acríticamente todo lo que producen y reproducen las imperialistas industrias culturales. Experimentar el goce estético como sujetos, co-crearla como un bien propio, común, que nos identifica, o dejarnos moldear pasivamente por una mercancía formulada y enlatada por otros. Dicho así, como alternativas extremas, tan solo para ilustrar.

La verdad es que el asunto del consumo musical, es y ha sido un tema peliagudo y polémico, en la “Isla (archipiélago) de la música”, en el Sur global y en todo el sistema-mundo. Por un vaivén teórico que es necesario balancear, reflejo de los diversos contextos y orientaciones ideopolíticas en que se ha pensado esta práctica humana.

Partiendo de una primera aproximación en la que se consideraba al receptor de la música, como un objeto expuesto a un aluvión de signos y significaciones fabricados y masificados por poderosos medios, como un ente pasivo, hechizado y manipulable. Pasando por un giro en el que se descubren o representan a las audiencias como “practicantes”, sujetos capaces de producir múltiples sentidos en su interacción con la música y los músicos, como productores y negociadores de sentidos, que reivindican su protagonismo.

Una postura entusiasta que motivó la advertencia de A. Armand y Michele Matterlart ; de que bajo el encanto de esta renovación conceptual, que supone la concepción activa del consumo y la libertad de lecturas, no se debe subestimar el papel estratégico de los medios en la reproducción de la relaciones sociales.

Sobre todo, cuando se conoce de la concentración en menos decisores y del incremento acerado del poder de estos magnates y emporios transnacionales, radicados en su inmensa mayoría en losnEstados Unidos, conformando un Imperio Cultural más hegemónico que el imaginado por los de la Escuela de Frankfort.

Cuando la música que más circula es un producto y, a la vez, reproductora de una “cultura de mosaico”, donde predomina el pensamiento asociativo sobre el pensamiento lógico o racional. Para homogenizar a los consumidores, para reconducirlos, ya seducidos,........

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