Si hurgamos en los recuerdos, encontraremos alguna de esas ocasiones en que los niños llegan a volverse fastidiosos con tantas preguntas, pues ante cada respuesta presentan dos y más nuevas interrogantes.
Convertir toda afirmación en frase entre signos de interrogación no puede calificarse como que sea con intenciones malas ni aún cuando no se trate de infantes, sino de adultos, pues el saber no ocupa lugar y lo que se aprende nunca está de más.
Hay quienes preguntan, y por ley es obligado responder, pues indagan con el fin de esclarecer si hay delito o no, o para descubrir si alguien es culpable, o para hallar algo perdido por haber sido sustraído........