1- La crisis ética
Vivimos tiempos oscuros. Florece el irracionalismo. Crecen los grupos de odio, el racismo, la xenofobia, la misoginia, la homofobia y el rechazo al “otro”. Se articulan movimientos de ultraderecha en Europa, en los Estados Unidos, incluso en Nuestra América. Ante los ojos del mundo se cometen gravísimos crímenes de lesa humanidad y los responsables quedan protegidos bajo un manto de impunidad.
Ha sido alentador el movimiento de solidaridad hacia el pueblo palestino por parte de jóvenes de Estados Unidos y de distintas ciudades de Europa y de otras regiones. Pero no es suficiente: hemos visto a través de las redes sociales imágenes de bombardeos sobre hospitales, escuelas y centros de refugiados, y los resultados atroces de los crímenes que se siguen cometiendo contra niños, mujeres y ancianos palestinos. ¿Cómo es posible que ese genocidio no se detenga? La respuesta tiene que ver con la hondísima crisis ética del presente, que lo contamina todo.
El sociólogo chileno Marcos Roitman tocó un ejemplo muy revelador de esta crisis en su artículo “Emigrantes ahogados y la implosión de millonarios con apellido”, publicado en La Jornada de México el 25 de junio de 2023. Hizo allí una aguda comparación entre la atención mediática que recibieron los cinco multimillonarios muertos en un submarino turístico que buscaba los restos del Titanic y el anonimato definitivo de los migrantes que se ahogan día a día tratando de alcanzar las costas de Europa.
Para tratar de hallar a los cinco multimillonarios desaparecidos, hubo una extraordinaria operación multinacional:
Para rescatar a los otros, a los migrantes anónimos, nadie hace nada. Por el contrario, nos dice Roitman, “desde hace décadas, en medio de un mundo desigual, los países de la OTAN y del primer mundo fomentan políticas xenófobas. Sus gobiernos aplican leyes de extranjería que recuerdan las desarrolladas por el Tercer Reich”. Y........