Una utopía en marcha

Llegué tarde a CTXT, la revista que se jacta de llegar tarde. Tarde me enteré de su andadura, y más tarde aún me incorporé a su equipo, de la mano de Guillem Martínez. Él hizo de puente entre Miguel Mora y yo, y Miguel, como quien no quiere la cosa, me propuso hacerme cargo de la sección de cultura de la revista. Mientras pensaba en cómo escurrir el bulto –yo, que nunca he sabido cómo decir NO–, el gusanillo de la curiosidad y de las fantasías animadas de ayer y de hoy fue trabajando, y pronto empecé a flaquear. La manera que encontré para engañarme a mí mismo fue buscarme un compañero de apuros y fatigas, que en esa situación no podía ser otro que Gonzalo Torné. Por fin íbamos a poder poner en práctica tantas ideas peregrinas y a menudo delirantes que iban surgiendo, al calor de las risas, en nuestras conversaciones. Gonzalo accedió, Miguel también, y así nació El Ministerio, título irónico que pusimos a la sección naciente, recordando que por entonces no había Ministerio de Cultura propiamente dicho, dado que Rajoy, como antes Aznar, lo había reducido a una Secretaría, dependiente del Ministerio de........

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