Caldereta de llagosta / Caldereta de langosta

-CONTRA LA MUERTE DEL TÚ. El banquete es una práctica colectiva, al punto que puede celebrarse, incluso, sin comida, pero nunca, jamás, sin comensales. Es completamente imposible, por definición, celebrar un banquete individual, salvo en una sola y terrible circunstancia: que ese banquete sea una cena en Texas y la noche sea la previa a tu turno en la silla eléctrica. Las líneas que siguen a continuación son, de hecho y como siempre, una invitación al banquete, esa forma de hablar, de pensar y de liarla. Pero, como siempre en estas entrañables fechas de recogimiento en las que –recordemos, hermanos– concluye la trimestral del IVA, estas líneas también les animarán a tirar la casa por la ventana, a superar el presupuesto y las expectativas del banquete, con un producto más caro de lo habitual, pero al que se puede acceder puntualmente a través del sobreesfuerzo y, más aún, a través de la asociación, de la que tanto nos habló Proudhon, el primero de nosotros en saber que hemos venido al mundo a socializar no la pobreza, sino la riqueza, que lo primero ya lo hemos hecho siempre. Hola. Bienvenidos a ‘Como los griegos’. Hoy la caldereta de llagosta/langosta/menorquina, un plato espectacular, de elaboración extraordinariamente sencilla y rápida, y que tan solo requiere de un único esfuerzo. El económico. Pillarse una langosta para cada dos personas. En términos generales, la langosta es un alimento que asusta. Y no solo porque sea un animal con un careto de otro mundo –hay quien dice que la langosta es, en realidad, el fantasma aterrador de un pez condenado a vagar por los mares hasta que un inocente vierta una lágrima por él–, sino, mayormente, porque es un producto caro, submodalidad muy caro. Algo que no es cierto del todo. Es posible acceder a la langosta de manera gratuita, si atendemos a su ciclo natural.

En términos generales, la langosta es un alimento que asusta

-LA SIEGA DE LA LANGOSTA. Es fácil acceder a la langosta, de manera gratuita y, como es sabido por todos, en primavera, cuando acaba de nacer y es un punto negro apenas visible. Si bien difícil de percibir, está en los árboles de la morera. Si subimos con cuidado a uno, podremos arrancar con delicadeza alguna de sus hojas, repletas de crías. Una vez ubicadas en una caja de zapatos, en cuya tapa habremos practicado unos orificios, tan solo tendremos que ir alimentando esas crías con hojas de morera, hasta que crezcan turgentes, hagan sus capullos de seda y… rayos, Zaidah, mi cuidadora, me acaba de dar la pastillita verde, que me corta de cuajo el hilo de baba colgando y me aporta el sosiego y la claridad de miras suficiente como para valorar que he confundido la langosta con el gusano de seda, preciado animal, si bien no tanto como para hacer caldereta con un puñado de ellos. La mente despejada también me permite evaluar de forma diáfana que, al contrario que un gusano de seda, una langosta vale un huevo, esa criptomoneda en la que se mide la indignación. En estas fechas podrán encontrar langosta a 100€ el kilo, pero desprovista de su esencia, el punto del que emana su aroma que, como en los bebés, no es otro que la cocorota/cabeza. Con cabeza, una langosta puede costar lo........

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