Feijóo retozando en el barro valenciano

Podemos asegurar sin miedo a equivocarnos que Alberto Núñez Feijóo es un cínico sin vergüenza. Odio la política del insulto, pero es obligación del periodismo intentar definir con la mayor precisión posible y mediante hechos constatables la realidad. Y la realidad de la actividad del líder de la oposición en estas últimas horas tan dolorosas para el país ha sido esta. En plena gira por los lugares afectados por las riadas de Valencia, como si del presidente del Gobierno que pudo ser y no quiso se tratase, Feijóo ha convocado a la prensa para contarle a la población con cuánta gente está en contacto telefónico y lanzar mensajes institucionales de lo más inquietantes. Inquietantes porque Feijóo no representa ninguna institución e inquietantes porque esos mensajes disfrazados de institucionalidad no eran tal cosa, sino un cúmulo de bulos y manipulaciones lanzadas sin vergüenza ni pudor alguno. Como dijo su portavoz en el Congreso días después de sujetar fotos de víctimas de ETA entre risotadas, es obligación del PP intentar acabar con el Gobierno por cualquier vía. Y la vía elegida en este caso ha sido la de sembrar desinformación con decenas de personas aún desaparecidas en Valencia.

Junto a Carlos Mazón, presidente popular de la Comunidad........

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