Lo peor del golpe de Estado judicial que sufre España no es el bochorno institucional permanente. Podemos aceptar que exista un ejército de jueces dispuesto a estirar sin disimulo los más ridículos casos construidos sin pruebas para castigar a los políticos rojeras en las portadas de los periódicos. Asumimos con cierta naturalidad que cualquier juez considerará una chiquillada que un grupo neonazi agreda a la policía o a un presidente del Gobierno, mientras castigarán con cárcel y penas de terrorismo letras de canciones o peleas en un bar si suceden en Navarra o Euskadi. A estas alturas, en las que no esperamos ya que España se proclame campeona del mundo de democracia, no va a suponernos ningún sobresalto que el novio de la lideresa de la derecha se destape como un mangante y eso provoque la inmediata imputación del fiscal que lo investiga. No nos sorprende que haya jueces dispuestos a imputar sin pruebas a cualquier político de izquierdas al tiempo que no son capaces de desvelar quién cojones puede ser ese tal Eme Punto Rajoy del que hablan las pruebas documentales.
Es parte del día a día que la Justicia española permita que sus miembros más descarados en el noble arte de la prevaricación humedezcan sus togas inventándose fantasiosos casos de terrorismo contra líderes catalanes........