Ahora que estamos todos distraídos centrados en que nos saquen nuestro perfil bueno mientras le arreamos el enésimo golpe de santa indignación a Carlos Mazón, ahora que ya todos sabemos cuándo se debía haber emitido la alerta, o desplegado al ejército, o que no conviene echar lodo a granel en las alcantarillas porque se solidifica y se atascan, puede que quede un momento libre para atender algunas urgencias menores.
La primera podría ser tratar de dar un poco de esperanza a las valencianas y los valencianos, en lugar de ir a hurgar en su desgracia para luego demostrar cuánto nos solidarizamos y cuánto nos importan. Renuncio a discutir por enésima vez que la buena voluntad de la gente con sus cubos y sus escobas serviría de poco sin un Estado que despeje las carreteras, reconstruya los puentes, reconecte la luz y el agua o disponga miles de millones de euros para ayudar a reconstruir las vidas arrasadas por la riada. Me conformo con que se deje de asustar a la gente con el miedo a que le ocupen la casa sin que nadie lo impida, le roben las fotografías que pudo salvar,........