RÍO DE JANEIRO – La intentona golpista del 8 de enero de 2023 fortaleció la democracia en Brasil, pero quedan por domar los riesgos de la desinformación en las redes sociales y de la intromisión política de los militares.
“Es el momento de reafirmar la necesidad urgente de neutralizar uno de los grandes peligros modernos de la democracia, la instrumentación de las redes sociales por el nuevo populismo digital extremista”, sostuvo Alexandre Moraes, presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), en el acto en que el lunes 8 se conmemoró el primer aniversario del fracaso de la asonada ultraderechista en Brasilia.
Por las plataformas digitales se propagaron las mentiras para desacreditar el sistema electoral brasileño, en un proceso iniciado en 2018 que culminó en la invasión de las sedes de los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en Brasilia, ante la omisión de la Policía Militar del Distrito Federal que debería proteger la ciudad.
La institucionalidad estuvo pendiente de un hilo en aquel día en que por lo menos 5000 seguidores radicales del expresidente Jair Bolsonaro invadieron y vandalizaron las sedes, para reclamar una intervención militar contra el gobierno investido ocho días antes.
Las decisiones rápidas de algunas autoridades evitaron una tragedia más traumática y cruenta, destacan relatos periodísticos de los últimos días, especialmente el documental “8/1- La democracia resiste”, de la emisora de televisión Globo News, exhibido la noche del 7 de enero.
La primera fue la decisión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de rechazar una operación de Garantía de la Ley y del Orden (GLO), que movilizaría efecticos de las Fuerzas Armadas para restablecer la seguridad pública y reemplazar a una policía desbordada en la capital del país.
Seria entregar el poder a los militares, justificó Lula, sorprendido por la sublevación cuando visitaba Araraquara, ciudad de 242 000 habitantes en el interior del estado de São Paulo, a 670 kilómetros de Brasilia, azotada por lluvias torrenciales que habían destruido calles y matado seis personas.
La GLO es, probablemente, lo que querían provocar los bolsonaristas, como forma de recuperar el poder, al ocupar la llamada Plaza de los Tres Poderes y asombrar el país con la destrucción del patrimonio público.
Éxito sin los militares
Lula optó por decretar la intervención en la Secretaría de Seguridad........