Bolivia está sufriendo por el desabastecimiento de carburantes, perceptible en las filas interminables en los surtidores.
Es una crisis que se acerca a un colapso energético, no tan grave aún como el que sufren Cuba y Ecuador, pero que va por ese camino. Conocemos de sobra las causas, pero comprendemos menos la estrategia de YPFB para hacer frente a esa crisis.
La falta de divisas del país incide en dos ítems: la importación de los carburantes (50% de la gasolina y casi 90% del diésel) y el subsidio a la venta de esos productos (casi un 100% del precio de venta). De hecho, los ingresos por el gas exportado ya no alcanzan para cubrir esos ítems.
La estrategia de YPFB tiene varios ejes, al margen de las medidas “parches” como los aditivos de origen vegetal (biodiésel y bioetanol) y la lucha desigual al contrabando.
En primer lugar, ya está en marcha el objetivo de eliminar o, por lo menos, reducir, el subsidio........