¿Encuestas que desinforman? Tendencias versus influencias de las encuestas de opinión pública |
Esta columna forma parte del proyecto Análisis de las Elecciones 2025, desarrollado por el Núcleo Milenio para el Estudio de la Política, Opinión Pública y Medios en Chile (MEPOP), que aglutina a académicos de distintas universidades. En el texto, su autora profundiza en la necesidad de que las encuestas usen metodologías más precisas y que los medios fiscalicen la calidad de las mediciones, porque éstas terminan influyendo muchas veces en decisiones electorales. Sostiene que «no podemos hacer ciencia ficción política ni asegurar que, de no ser por las encuestas, los resultados electorales serían distintos. Pero sí podemos hacer hincapié en que las encuestadoras tienen una responsabilidad social relevante, tal vez mayor que la que les atribuimos al estar en medio de la vorágine eleccionaria».
Créditos imagen de portada: Wilson Gajardo / Agencia Uno
Las encuestas de opinión pública tienen una influencia relevante en los procesos electorales, afectando la evolución de las campañas, la convocatoria de voluntarios, y la recolección de recursos económicos.
Por ende, la rigurosidad en la aplicación de encuestas es crucial para la democracia. La agudización en la circulación tanto de desinformación —contenido falso difundido deliberadamente para engañar a las audiencias— como de información errónea —contenido incorrecto o impreciso generado a partir de rumores o ambigüedades—ha sido ampliamente estudiada en periodos eleccionarios. Tanto es así que la Unesco enumeró una lista de los 10 tipos de desinformación electoral más comunes en América Latina y el Caribe, entre los que se encuentran las acusaciones de fraude, de personas fallecidas votando, y las “falsas encuestas”: contenidos falsos que imitan los formatos de encuestas verdaderas para anunciar resultados o tendencias que benefician a algún partido.
Hace sentido que una encuesta falsa sea vista como una amenaza a la democracia, en tanto no representa el sentir del electorado. Pero, ¿qué ocurre cuando las encuestas verdaderas tampoco representan el sentir del electorado? ¿Se puede hablar de encuestas que desinforman (o que informan erróneamente) a los votantes?
En la elección presidencial de 2017 vimos un ejemplo de encuestas que desinforman. Los candidatos en esa ocasión eran Carolina Goic, José Antonio Kast, Sebastián Piñera, Alejandro Guillier, Beatriz Sánchez, Marco Enríquez-Ominami, Eduardo Artés, y Alejandro Navarro. El clima electoral indicaba que Sebastián Piñera no sólo era el candidato favorito, sino que hasta tenía posibilidades de ganar en primera........