Recientemente, ha tenido lugar nuestro IX Congreso, el punto de encuentro de la distribución profesional del sector de la construcción por antonomasia. Un evento marcado por la puesta en común de los desafíos sectoriales –que son muchos–, como la digitalización, la sostenibilidad, la mejora de la eficiencia comercial, la gestión de equipos de alto rendimiento, la motivación, la innovación y muchos otros. Desafíos que coinciden con los retos de nuestro país: descarbonización, crecimiento económico sostenible, construcción de infraestructuras que permitan tanto vertebrar España como posicionarnos en la vanguardia del progreso mundial.
Pero el principal reto del sector se sitúa hoy, lamentablemente, en otra parte: la falta de relevo y atracción de nuevos profesionales, un gap mayúsculo que deberemos saber gestionar de forma eficaz. Tenemos un techo de cristal que no nos permite crecer, aunque el mercado despliegue, como lo hace hoy, una potencia creciente. Hay un límite a la actividad motivada por la falta de capacidad de instalación, en especial respecto a los profesionales más cualificados.
El bien más escaso tiende a concentrar el valor. Y no estamos ante un déficit de capacidad de suministro y prescripción, no: estamos ante un déficit neto de mano de obra. No parece fácil........