Nvidia gana tanto dinero que su fundador, Jensen Huang, no sabe qué hacer con él. El diseñador de chips está gastando más en dividendos y recompras, pero su pila de efectivo sigue creciendo, y se ha duplicado en el último año a 35.000 millones de dólares en medio de un frenesí por los diseños de chips de inteligencia artificial de la compañía. En combinación con la prodigiosa ambición de Huang y una postura antimonopolio más indulgente bajo la presidencia de Donald Trump, las fusiones y adquisiciones podrían volver al menú.
Nvidia ha pasado de ser una startup a convertirse en la empresa más valiosa del planeta (3,4 billones de dólares) en las tres décadas transcurridas desde su fundación. La participación del 3,8% de Huang vale más que todo el desvaneciente valor de mercado del gigante Intel (107.000 millones). La gran intuición de Nvidia fue ver cómo la industria podía seguir aumentando la potencia de cálculo, incluso cuando la velocidad de los procesadores tradicionales tocó techo a principios de los 2000. Para ello, proporciona chips y software que dividen el trabajo en partes para que pueda hacerse simultáneamente, lo que se conoce como computación paralela. El hardware que diseña tiene tanta demanda que fabricantes especializados como Taiwan Semiconductor Manufacturing (TSMC) tienen pocos incentivos para dedicar tiempo a suministrar a posibles rivales de Nvidia. El kit de Huang y el software asociado se han convertido en estándar entre los desarrolladores de IA y en centros de datos ultrarrápidos, que actúan como gigantescos centros de potencia de cálculo para grandes modelos lingüísticos como ChatGPT, de OpenAI.
Como resultado, Huang se está haciendo de oro. El efectivo de Nvidia se ha quintuplicado desde 2020 gracias a que sus ingresos se han multiplicado por ocho. Probablemente seguirá........