Renault está sorteando los retos a los que se enfrentan sus pares de mayor tamaño. La firma reiteró el día 24 su previsión de un margen de beneficios del 7,5% para 2024, evitando las drásticas advertencias de beneficios de Volkswagen o Stellantis. El grupo dirigido por Luca de Meo se enfrenta a problemas –la competencia china, la regulación europea o la indecisión de los consumidores– como cualquier otro fabricante de automóviles, pero parece haber sabido lidiar mejor con ellos.
Puede que Renault esté prosperando en parte porque tuvo la suerte de verse inmersa hace años en una crisis existencial que provocó una reorganización radical en la cúpula directiva y se centró en la cuenta de resultados. El resultado es que el objetivo de margen del 7,5% para este año es superior al de Volkswagen y Stellantis.
A diferencia de Volkswagen, Renault está poco o nada expuesta a los caprichos del mercado chino. Desde 1999, la firma gala está vinculada a la japonesa Nissan en una “alianza” que empezó a deshacerse en 2018. Por aquel entonces, el mercado chino se dejó en manos del grupo nipón, lo que provocó un profit warning de Nissan hace unos meses. Y el grupo de De Meo no tiene presencia en Estados Unidos, donde Stellantis se ha quedado con Jeeps sin vender.
Renault, sin embargo, está expuesta al riesgo de la feroz competencia china en vehículos eléctricos en Europa, pero también en este caso se ha visto favorecida por sus tempranas apuestas en el extremo más barato de los mercados de eléctricos e híbridos, con marcas como Zoe, Twingo o Dacia. Los vehículos electrificados representaron el 30% de las ventas de automóviles Renault en Europa, y las de híbridos crecieron un 52% interanual.
De Meo aún no está fuera de peligro. Pide más flexibilidad en las normas de emisiones de la UE. Pero aún tiene que lanzar siete nuevos modelos, que deberían de apoyar las ventas de eléctricos. Y puede contar con el dinero de la venta gradual de su participación en Nissan, que ha pasado del 43%........