En los últimos tiempos, cuando viajamos por la geografía española, observamos un paisaje que va cambiando progresivamente. Muestra un espectáculo de ballet moderno con bailarines de acero gigantes que emergen de nuestros campos y mesetas, formado por unas majestuosas estructuras de dimensiones gigantescas cuyos brazos cortan el aire y giran en armonía, como si de una sesión de zumba se tratase, rompiendo la monotonía del viaje. Además de energía, estos emplazamientos generan un impacto estético en el paisaje que rompe la armonía tradicional de la naturaleza. Si Don Quijote viviese, tendría por delante una larga batalla, desde su noble corcel, lanza en mano, contra los nuevos molinos de viento del siglo XXI.
La Unión Europea tiene como objetivo para el año 2050 alcanzar la neutralidad climática y para ello, los países están adoptando una serie de compromisos e iniciativas políticas, en la senda de la transición ecológica, mediante el Pacto Verde Europeo, para lo que se está dotando de miles de millones de euros para que las empresas puedan participar en la transformación europea. Se trata, sin lugar a dudas, de un negocio muy lucrativo, en el que participan numerosas empresas de todo el planeta y que se encuentra liderado por las principales compañías de fabricación de aerogeneradores, como son las chinas Goldwind y Envision, así como Vestas, GE Renewable, o las alemanas Siemens Gamesa y Nordex.
Si hacemos un poco de historia, corría el año 2017 cuando Siemens anunció la compra de la española Gamesa, desembarcando en la compañía con una participación del 59% y creando uno de los mayores........