La paradoja española: faltan trabajadores con tres millones de parados

España tiene cerca de tres millones de parados y las empresas, crecientes dificultades para cubrir un buen número de puestos de trabajo. Algo no está bien para que el mercado laboral no funcione como tal, para que 150.000 contrataciones quedan vacantes y para que decenas de pequeñas empresas opten por el cierre ante tal dificultad; algo debe ser repensado y corregido: la formación, el mecanismo de intermediación, la cultura laboral, la remuneración y la intocable protección por desempleo, pero no en la línea que plantea Trabajo, sino para endurecerla y ligarla taxativamente a la búsqueda de trabajo.

La última encuesta trimestral de coste laboral revela que el número de puestos de trabajo que quedan vacantes crece (hasta 148.000) pese a que la economía no tiene un desempeño desaforado, ni mucho menos; y la más reciente del Banco de España sobre actividad empresarial alerta de que el 39% de las empresas (cuatro de cada diez) tienen dificultades para cubrir los puestos de trabajo que le surgen, nada menos que cinco puntos largos más que antes de verano, en parte por el suflé de la actividad hostelera y turística de los meses estivales.

Las consecuencias directas tradicionales de la escasez de mano de obra afloran con intensidad diferente para las empresas, desde renunciar a la ampliación de la inversión y la plantilla y de avance de sus ventas, hasta la inevitable alza de los costes salariales para la mitad de las empresas atrapadas en la escasez de mano de obra. Este último es un fenómeno que brota con intensidad cuando reducidísimas y residuales tasas de paro (inferiores al 5% en lugares tan exóticos como Alemania o Estados Unidos) presionan........

© Cinco Días