El empleo como motor del crecimiento y como obstáculo a la desinflación

La economía española crece apreciablemente más que la media europea, pero también con una tasa de inflación superior. El motor de ambos fenómenos, para bien en un caso y para mal en otro, está en cómo se desarrolla la actividad de los servicios, con cuotas crecientes en la producción nacional. La fuerte presión de la demanda concentrada en el turismo, el empuje vigoroso de la ocupación y de sus costes y la recuperación de los márgenes de las empresas se han convertido ahora en el obstáculo principal al descenso de la inflación en España, instalada en una horquilla entre el 2,5% y 3,5% en el último año.

Los responsables de la política económica señalan la fuerte creación de empleo como uno de los impulsos más firmes del crecimiento económico, que, siendo cierto, se convierten también en una poderosa palanca inflacionista por tener una naturaleza más nominal que real, al ir acompañada de remuneraciones crecientes en el último quinquenio. El crecimiento acelerado de la ocupación en el tránsito entre la pandemia y la consolidación del ciclo, en tanto que se retrasaba el nivel de producción previo al covid, escondía una pérdida de productividad muy apreciable en algunas de las actividades de servicios más intensivas en fuerza laboral.

La ocupación llega a cifras récord, con una tasa de empleo sobre la población en edad de trabajar del 66,3%, unas cotas no alcanzadas antes, y que podrían elevarse de mantenerse la tendencia. Pero la productividad, que ha repuntado en los últimos trimestres, tiene un desempeño muy pobre en los tres últimos años, aunque........

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