De cómo el trienio inflacionista respeta al inversor y castiga al ahorrador

Nadie se atreve a asegurar que la hidra inflacionista está amansada tras el trienio que lleva desatada, causando estragos en rentas y ahorro. Y nadie es más cauteloso que el BCE, que resiste la presión creciente de los grandes gestores de inversión, que le apremian a reducir ya el precio del dinero para que tanto sus activos empresariales como los títulos de deuda recuperen atractivo. No obstante, mientras ha castigado la pasividad de los ahorradores, la inflación ha respetado a los inversores, que en casi todos los activos han preservado o incrementado el valor.

El Banco Central Europeo (BCE) no da por enterrado el ciclo inflacionista y vigila la posibilidad de un último latigazo en los próximos meses. La impredecibilidad de los acontecimientos geopolíticos tan intensos y numerosos en zonas muy calientes del planeta, con sus efectos sobre la energía y las cadenas de suministro industrial; la última ronda de presión de los salarios no aflorada y del mercado de trabajo estresado en muchas economías en las que se ronda el pleno empleo y ofertas de ocupación vacantes crecientes; y el riesgo de una vuelta de tuerca al proteccionismo por la presión electoral en Estados Unidos y en Europa mantienen alta la guardia de Christine Lagarde, que habla poco de calendario para aflojar la tensión monetaria, y si lo hace, lleva sus propósitos al segundo semestre del año.

Hasta dentro de un año completo, las tasas esperadas de inflación, en un escenario en el que no pase nada adicional que altere el estatus mundial, no volverá a las cifras que el BCE considera su........

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