Tras el debate del martes, Kamala Harris rompió el empate con Donald Trump en estimación de voto. Ella, con el 47,1%, supera en 2,7 puntos a Trump, con el 44,4%. Puesto que este es un resultado dentro del margen de error, de la misma encuesta cabe extraer un resultado más austero: Harris, 48.4%, y Trump, 47.3%: lidera la demócrata por 1,1 puntos. Es una horquilla de estimación de voto que en, circunstancias ordinarias, estaría dentro de la normalidad. Pero esta carrera presidencial es de alto riesgo: un candidato se retira, a otro le disparan…, y un debate entre Trump y Harris que pasará a la historia política norteamericana.
El contexto importa: hace dos meses, Kamala Harris era solo vicepresidenta con Biden y poco conocida por la población general. La victoria de Trump parecía inevitable. Tras el debate entre vicepresidenta y expresidente celebrado el 10 de septiembre, Harris adelanta a Trump en estimación de voto. Una encuesta no es una votación y quedan dos meses hasta las elecciones: el resultado no está decidido. Pero la alegría se desborda entre los demócratas (aun sin conocer las encuestas) tras el debate. Piensan que Kamala “destrozó a Trump” (Rachel Maddow, en MSNBC). “Kamala puso el anzuelo y Trump picó” (Van Jones, en CNN). Los demócratas están tan entusiasmados que quieren otro debate… careful what you wish for (cuidado con lo que deseas), reza un dicho........