Informa este periódico de que la Junta de Andalucía no ve con malos ojos la propuesta realizada la semana pasada en unas Jornadas en Sevilla -organizadas por la asociación andaluza de promotores y constructores, y en las que participé-, y que consiste en declarar, en Andalucía, la situación de “emergencia habitacional”. Y me pregunto: ¿no existe, en toda España, una situación que podemos calificar de emergencia habitacional?
Todas las evidencias lo avalan. Los datos: desde 2015, los precios de la vivienda han subido el doble que los salarios, mucho más el de alquiler que el de compra. Eso implica que el acceso a la vivienda de los más jóvenes se ha convertido en un privilegio solo al alcance de quienes tengan respaldo económico familiar suficiente, con lo que se ha abierto una doble brecha social: jóvenes versus mayores, y jóvenes de familias pudientes versus los que no. Como consecuencia, mientras que en 2000 el 75% de los jóvenes entre 30 y 44 años tenían piso en propiedad, hoy la proporción ha caído hasta el 55%, lo que explica que la edad de emancipación se haya elevado, y sea una de las más altas de toda la UE. Dado que la vivienda es la principal fuente de ahorro de los españoles, excluir a los jóvenes del acceso a ella significa, también, un desplome comparativo en la riqueza de las familias según tramos de edad, con el efecto que ello tendrá cuando les llegue la jubilación (la vivienda ha sido el verdadero fondo de pensiones de muchas familias).
También lo avalan las........