Tras la revisión técnica realizada por el INE de la Contabilidad Nacional, el crecimiento de la economía española ha sido, todavía, superior a aquel que nos situaba a la cabeza de la UE. Con estos datos, un antiguo presidente del Gobierno del PP diría que “España va bien”. Lo que dudo es que el nuevo dirigente del PP, tras el giro maloni que acaba de realizar (como siempre, sin concreción, etéreo, de titular mediático) reconozca que la mejoría se debe, en gran parte, al aporte de los casi 700.000 inmigrantes que se han dado de alta a la Seguridad Social (pagando las pensiones de los actuales pensionistas españoles) desde antes de la pandemia, hasta alcanzar la cifra de casi tres millones de inmigrantes cotizantes, histórica, pero muy lejos, todavía, de aquellos 24 millones que necesitaríamos, según el Banco de España pre-Escrivá, para mantener la actual relación entre cotizantes y pensionistas.
Como los populistas han conseguido que dato, no mate relato, a pesar de esta realidad objetiva, la inmigración, una de las grandes necesidades de España, se ha convertido, a fuerza de mentiras, en la primera preocupación para los españoles, según el CIS y en una de las principales armas de crítica de la oposición al Gobierno, junto a Venezuela, como si el resto de asuntos en España, fuera sobre ruedas.
Los datos revisados del PIB modifican poco la visión que teníamos de la economía española. La pandemia paralizó un poco menos la actividad económica, la salida........