¡Escuchen al gobernador y construyan pisos!

Una cosa es lo que se dice en campaña electoral y otra lo que se hace, luego, desde el Gobierno. Y habernos acostumbrado a ello forma parte del deterioro de la democracia en que hemos caído. Por ejemplo, la vivienda en España, sin duda, es uno de los principales problemas hoy (el cuarto según el CIS) por su repercusión sobre la brecha generacional entre jóvenes y mayores, o la social entre jóvenes, según sean de familias que les pueden ayudar con la vivienda o no.

Recordemos algunos datos: el alquiler en España absorbe un 40% del salario medio y sube mucho más que los salarios. Según la Comisión Europea, la vivienda en España está sobrevalorada un 20%, los precios no caen porque no hay nueva oferta y se ha incrementado el porcentaje de viviendas compradas por extranjeros (la supresión de la golden visa es, a estos efectos, un gesto a la galería porque supuso en 2023 el 0,6% de las ventas totales). El precio se sitúa, pues, muy por encima de los ingresos de las familias y un 63% de jóvenes entre 18 y 35 años siguen viviendo con sus padres en España, por una media del 42% en la UE. En España vive más gente en ciudades (51%) que en Europa y muchos más en pisos que en casas (65% frente al 42%). La vivienda, por la capacidad de revalorización que ha mostrado, se ha constituido en el principal depositario del ahorro de los españoles, a diferencia de otros países. Tanto en vivienda habitual, como en otros activos inmobiliarios (segundas residencias, solares…).

Así, el porcentaje de los ingresos dedicado a la vivienda en España ha........

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