Mañana lo volvemos a intentar

Los juicios de Núremberg de 1945 fueron una de las consecuencias de una profunda herida que penetró en la idea que los seres humanos tenían de sí mismos. Las promesas de La Ilustración, aquella idea acelerada de que el tiempo en sí mismo, solo por transcurrir, nos haría mejores personas se dio de bruces con las cámaras de gas de los nazis y todas las crueldades ya narradas, nunca lo suficiente, en la historiografía, la literatura y el cine. Las peores, tal vez, nunca las sabremos.

Y las heridas, también las de la humanidad, cuando se curan visiblemente, después dejan otras secuelas. Y aún con esa cicatriz que escuece, asistimos impotentes a un genocidio en el que un Estado, como si de un niño mimado se tratara, se arroga el derecho de las........

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