La prueba más clara de que la oposición española hace una política de chichinabo es la polémica actual sobre inmigración tras el viaje de Pedro Sánchez a varios países africanos para promover la economía circular y los contratos en origen para regularizar el trabajo legal de los foráneos en España.
El discurso de Sánchez en Mauritania, Senegal y Gambia recoge sustancialmente lo que el PP pedía públicamente hasta anteayer: que los inmigrantes llegaran a España con un contrato de trabajo y los papeles en regla para evitar la inmigración irregular (ilegal, la llama la ultraderecha inmisericorde). Pero a la posición no le gustan ni sus propias propuestas.
Esta es la prueba más fehaciente de que la crítica de la oposición no es al presidente del Gobierno sino a su persona. Diga lo que diga y haga lo que haga el presidente, Sánchez es culpable siempre. Al presidente de España nunca se le aplica la presunción de inocencia recogida en nuestra sacrosanta Constitución de Estado garantista. La ley de leyes es otra que usa la oposición para servir a sus intereses y no al de los españoles.
Ya el gobierno de Aznar firmó con Marruecos hace veintitres años un acuerdo de mano de obra dentro de esa política de contratos de trabajo en origen. Curiosamente, el que firmó el........