Es paradójico que los Juegos Olímpicos sean precisamente los que te impidan hacer deporte. Al menos durante las dos semanas largas que duraron las Olimpiadas de París. A todos los deportistas les gusta ver deporte, además de practicarlo.
Normalmente durante el año los deportistas aficionados corren o juegan con normalidad en los ratos libres que les permite su agenda. Si hay un partido importante o cualquier acontecimiento deportivo televisado, se las arreglan para conciliar su actividad física con la retransmisión.
Sin embargo, durante las Olimpiadas, que se celebran cada cuatro años, no es posible buscar tiempo libre si uno quiere verlas al completo con todas sus modalidades deportivas, a no ser que lo haga de madrugada o use la bicicleta estática en la sala de la tele.
Durante el año, el deportista amateur y diletante que le gusta el fútbol, el baloncesto, el balonmano, el voleibol, el tenis, el golf o el sursum corda prepara su agenda para hacer deporte en las horas que no coincidan con las retransmisiones televisivas.
Durante los diecisiete días seguidos de Olimpiadas es imposible lograr un horario........