La mujer cubana vive, trabaja, cuida, ama, tiene derechos, cumple deberes y merece la admiración y el amor de los que son dignos todos los seres humanos, no por preferencia, sino porque le corresponde.

Hoy, sea el día que sea, sea o no el Día Internacional de la Mujer, en el hoy en que estés viviendo, toma su mano, unas veces para guiarla y otras para dejar que ella te guíe, pues puede impulsarte mucho y también necesitar tu empuje; regálale un beso, pero no como un regalo cortés, sino como ganado por merecimiento propio, porque ella los besa todos los días a ti y a la vida.

Hoy, ayer, mañana, siempre, recuerda que la mujer que tienes cerca en casa, en el trabajo, en la calle, la que encuentras al paso cumpliendo su labor, la que pasea, o la que estás formando, todas por ser mujeres no son más o menos, no necesitan más o menos, simplemente han de poder lo mismo, la equidad humana, la de poder ser cada cual, esa donde comienza la felicidad que le deseas en fechas específicas y que ella ha de conquistar siempre con el poder de lo que es.